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Bravely Second: End Layer

Dice la RAE que una secuela es “una obra […] que continúa una historia ya desarrollada en otra anterior”. Y es en ese sentido, más que en el que entendemos tradicionalmente en el mundillo de los videojuegos, en el que Bravely Second es una perfecta secuela de su antecesor. La nueva entrega del RPG de estilo clásico de Square Enix nos transporta al mismo Luxendarc que ya conocimos para saber qué pasó tras el final de Bravely Default, manteniendo en el proceso la misma jugabilidad y gráficos. Pero hay una explicación a este continuismo: no siempre la saga tuvo la misma jugabilidad que ese primer Bravely que jugamos, o este Second. A pesar de que en términos de historia la saga solo cuenta con dos entregas, en lo jugable este sería el tercer capítulo. La razón es que el juego que nos llegó en navidades de 2013 no era la auténtica primera entrega de la saga, "Bravely Default Flying Fairy", continuador del espíritu de los remakes de los Final Fantasy numéricos originales y Final Fantasy The 4 Warriors of Light.

Aquel BB FF no era un juego fácil. Tampoco había sido concebido para serlo, pero se les fue la mano. El juego requería, según sus propios desarrolladores, unas 70 horas de juego para completarlo. La mayor parte de ellas, leveleando para poder sobrevivir los incesantes combates aleatorios entre zona y zona donde descansar y recuperar vida. Además, la principal innovación que aportaba el juego, la posibilidad de acumular turnos (default) o usarlos anticipadamente (bravely) no ayudaba a facilitar las cosas. En el fondo solo podías avanzar tranquilo cuando sabías que podías acabar con cualquier enemigo en menos de 16 turnos. En ese caso solo necesitabas usar todos tus bravelys de forma consecutiva al entrar en batalla. Como fallases, el game over te estaba esperando sin remedio. Dejar al enemigo acumular turnos también era una llamada a la muerte prematura.